Sobre la confianza social
Los costarricenses no confiamos en los demás costarricenses.
No confiamos, por ejemplo, en la capacidad del entrenador de turno de la Sele, en las intenciones de quienes aspiran a gobernarnos, en la efectividad de los que nos gobiernan o en la integridad de nuestros subalternos.
En la actualidad disfrazamos la desconfianza en diferencias ideológicas para lo cual la teñimos del color político de la bandera predilecta. Las diferencias sobre el presupuesto universitario, el tratamiento y protección al agua, los derechos humanos de los homosexuales, el no pago de impuestos o la inversión social con los que sí se pagan provienen de nuestra desconfianza, no de nuestra condición social o de nuestra afiliación política. Véase que, incluso, ni dentro de las mismas organizaciones políticas nos ponemos de acuerdo.
Pongamos los ojos en las organizaciones y en las sociedades donde sí hay un alto nivel de confianza y veamos los resultados. Veamos cómo lo hacen y emulemos eso. En el pasado, las distintas culturas han puesto su confianza en Dios, en la iglesia, en el rey, en el ejército, en el caudillo; hoy debemos ponerla en nosotros mismos.
pedro.munoz@liberia.co.cr
http://www.re-solucionesenliberia.blogspot.com/
http://www.larepublica.net/app/cms/www/index.php?pk_articulo=38597
Comentarios
Alejandro Guzmán Stein
Definitivamente acertado. Como el viejo agio de nadie es profeta en su tierra. Los costarricenses desconfían de su propio vecino y se ponen a disposición de cualquier acento extranjero, sin ver que el mayor potencial está en unirnos y trabajar juntos.
Sin embargo, no es tan extremo, y vemos que a un alto nivel socioeconómico, las cosas son diferentes, se unen las familias, los socios e inversionistas y llegan a tener grandes empresas, familias unidas y confortables.
Es, realmente, un sector de nuestra sociedad, la que, guiadas por medios y periodistas extranjeros, han llegado a desconfiar de su propia sombra, al creer en estos medios. Creo que la base fundamental es que ese estrato social ha dejado de quererse. Cómo va a querer a nadie, una persona que perdió su auto estima?
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